domingo, 28 de marzo de 2010
César Vallejo: Los desgraciados
Los Desgraciados
Ya va a venir el día; da
cuerda a tu brazo, búscate debajo
del colchón, vuelve a pararte
en tu cabeza, para andar derecho.
Ya va a venir el día, ponte el saco.
Ya va a venir el día; ten
fuerte en la mano a tu intestino grande, reflexiona,
antes de meditar, pues es horrible
cuando le cae a uno la desgracia
y se le cae a uno a fondo el diente.
Necesitas comer, pero, me digo,
no tengas pena, que no es de pobres
la pena, el sollozar junto a su tumba;
remiéndale, recuerda,
confía en tu hilo blanco, fuma, pasa lista
a tu cadena y guárdala detrás de tu retrato.
Ya va a venir el día, ponte el alma.
Ya va a venir el día; pasan,
han abierto en el hotel un ojo,
azotándolo, dándole con un espejo tuyo...
¿Tiemblas? Es el estado remoto de la frente
y la nación reciente del estómago.
Roncan aún... ¡Qué universo se lleva este ronquido!
¡Cómo quedan tus poros, enjuiciándolo!
¡Con cuántos doses ¡ay! estás tan solo!
Ya va a venir el día, ponte el sueño.
Ya va a venir el día, repito
por el órgano oral de tu silencio
y urge tomar la izquierda con el hambre
y tomar la derecha con la sed; de todos modos,
abstente de ser pobre con los ricos,
atiza
tu frío, porque en él se integra mi calor, amada víctima.
Ya va a venir el día, ponte el cuerpo.
Ya va a venir el día;
la mañana, la mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas,
y, por tu orgullo clásico, las hienas
cuentan sus pasos al compás del asno,
la panadera piensa en ti,
el carnicero piensa en ti, palpando
el hacha en que están presos
el acero y el hierro y el metal; jamás olvides
que durante la misa no hay amigos.
Ya va a venir el día, ponte el sol.
Ya viene el día; dobla
el aliento, triplica
tu bondad rencorosa
y da codos al miedo, nexo y énfasis,
pues tú, como se observa en tu entrepierna y siendo
el malo ¡ay! inmortal,
has soñado esta noche que vivías
de nada y morías de todo...
Poema extraído de Poemas Humanos
Etiquetas:
César Vallejo,
Los desgraciados,
poemas humanos,
poesía peruana
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Usualmente siempre se nos dijo que Vallejo era un hombre cansado y enfermo. las obras de el reflejan todo lo contrario, es increíble el doble sentido que realiza en muchos pasajes de este poema, esa mixtura entre la realidad y la fantasía solo lo logra alguien que conoce de la vida. Varias personas que siguieron sus pasos, indican que el fue una persona divertida y sencilla como cualquiera de nosotros y para nada era un reprimido. Los genios no deben morir.
ResponderEliminarPor otro lado, para leer a Vallejo se requiere invertir más atención de lo común a sus versos. Quizá así lleguemos a hallar el verso oculto que nace de nosotros al final, pero sujetos de la mano Vallejeana, con la que escriba.
ResponderEliminarComo escribió alguna vez Horacio: "non omnis moriar". El genio de Vallejo vivirá por siempre en su obra ante nuestras miradas de estupor.
Gracias por comentar Marco. Saludos